Las casas de nueva construcción ya vienen directamente con un plato de ducha instalado. Por algo será: es que los tiempos están cambiando, y ahora todo el mundo sabe que la bañera es un objeto del pasado. Es anti ecológica, ocupa mucho espacio innecesario -en un momento en que el espacio en las casas es un lujo-, y además es peligroso por el riesgo de resbalones y caídas.
Las razones para elegir un plato de ducha son muchas y muy contundentes. Al ducharte ahorras 150 litros de agua, ¡cada vez!. Y este ahorro de agua también es un ahorro de energía: la que sería necesaria para calentar el agua. Además, al cambiar tu bañera por un plato de ducha parece que el espacio en tu cuarto de baño se multiplica. Si instalas un plato de ducha a ras de suelo, y una mampara volada, el espacio se vuelve amplio.
Y si, además, eliges un plato de ducha antideslizante, aumentarás la seguridad en el baño, previniendo resbalones y caídas. Tu baño será más accesible, incluso para personas de avanzada edad o con movilidad reducida. No necesitas más razones, ¡pásate a la ducha!