El agua es vida. Y es un recurso natural cada vez más escaso. Las estadísticas dicen que sólo puede aprovecharse como potable el 2% del total de agua que existe en el planeta. Es más, se ha llegado a especular que podría convertirse en el petróleo del siglo XXI. Es decir, que cada uno de los habitantes de la tierra (muy especialmente los que viven en los países industrializados) debería empezar a hacerse responsable de la cantidad de agua que consume al día, valorando cada gota como si fuera un don precioso de la naturaleza.