Entre todas las posibilidades de mamparas, la mampara fija es una de las más demandadas en SecuriBath por parte de nuestros clientes. El motivo principal para elegir este modelo de mampara es por estética, pero también en accesibilidad tiene muchas ventajas respecto a otros modelos.
Como no todo puede ser perfecto, veremos también el punto débil de la mampara fija, las salpicaduras, además de valorar en los casos que debemos y en los que no debemos instalar este modelo de mampara.
ESTÉTICA
La mampara fija se compone de un único vidrio fijo, siempre templado por seguridad, y con espesores de 6, 8 o 10cm. El vidrio puede ser totalmente transparente o tener algún decorado, que pueden ser desde unas líneas horizontales hasta una foto con impresión digital.
Este vidrio se sujeta en pared con un perfil normalmente de aluminio, o con soportes para los más minimalistas que no quieren tener ningún perfil en pared. Sobre el plato no suele llevar perfil y simplemente se sella para evitar la salida de agua. En la parte superior, siempre debe tener un brazo tensor que asegure la estabilidad de la mampara ante movimientos horizontales para que la instalación quede perfecta.
ACCESIBILIDAD
Cuando necesitamos tener una buena accesibilidad a nuestra ducha, elementos que en otras ocasiones pasan desapercibidos, pueden ser una gran molestia para el usuario.
La mampara fija, al no tener perfiles inferiores en la zona que deja libre de paso, permite un acceso sin sumar escalones ni saltos a realizar, importantísimo en personas con movilidad reducida o en silla de ruedas.
Otra ventaja es que el paso libre es totalmente accesible sin tener otras puertas que abrir, ya sean correderas o abatibles. Personas con poca movilidad en manos verán esta situación muy recomendable para ellos al no tener que manipular ningún elemento de la mampara en el acceso.
SALPICADURAS
La mampara fija es un vidrio fijo que solo protege del agua en el ancho que tenga, siendo el resto un espacio libre que dota de accesibilidad pero también puede ser zona de salpicaduras en la ducha diaria.
Este puede ser el motivo por el que dejemos de lado la mampara fija para instalar una mampara cerrada, ya sea corredera o abatible. En cada caso tendremos que valorar que nos interesa más, si la estética, la accesibilidad, o la comodidad de ducharnos sin preocupaciones de salpicar agua fuera de la ducha.
Siempre hago una recomendación para ducharnos con una mampara fija y es colocarnos mirando hacia ella. De esta manera, al ducharnos, sobre todo al aclararnos, la mayor cantidad de agua irá hacia detrás, es decir, hacia la pared, quedándose dentro del plato de ducha.
POSIBILIDADES DE INSTALACIÓN
Este tipo de mampara se puede instalar en determinados platos de ducha, porque no en todos los casos es funcional. Considerando que el ancho mínimo de una mampara fija es 80cm (yo recomiendo a partir de 90cm) tenemos que tener un plato de ducha largo para que no se nos salga el agua por el lado opuesto y también para que nos quede un espacio libre de paso suficiente a la ducha. Por eso en platos pequeños, cuadrados o menores a 150cm de largo, no recomiendo este tipo de mamparas y es preferible cerrar el espacio de ducha completo para no sacar el agua fuera de la ducha y disponer de un acceso suficiente.
Con todo lo tratado en este blog, ya sabemos algo más sobre la mampara fija, sus pros y contras, y posibilidades. Invito a ver otros articulos anteriores para conocer mejor que mamparas son las más adecuadas para nuestra ducha. En SecuriBath disponemos de técnicos especialistas que podrán valorar cada caso en particular para conseguir el mejor resultado en su ducha. Póngase en contacto con nosotros y estaremos encantados de ayudarle.