El cambio climático es uno de los problemas más importantes al que nos enfrentamos hoy en día. Está afectando a todos los ecosistemas del planeta, desde los océanos hasta los bosques. Por lo tanto, es importante que todos realicemos nuestra parte para ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a la conservación de los recursos naturales. Una forma sencilla de contribuir a la conservación de los recursos naturales es ahorrar agua.

Una forma de hacerlo es ducharse en lugar de bañarse. Esto puede parecer una pequeña acción, pero en realidad puede tener un gran impacto.

Ducharse es una forma mucho más eficiente de ahorra el agua que bañarse.

En una ducha de cinco minutos se puede usar entre 10 y 25 litros de agua, mientras que en un baño se puede usar entre 80 y 150 litros de agua. Esto significa que en una ducha se puede ahorrar hasta el 75% del agua que se usaría para un baño. Además, la ducha es una forma mucho más rápida de asearse. Esto significa que se puede ahorrar tiempo, lo que también contribuye a una mayor eficiencia en el uso del agua. Por último, la ducha también es una forma más segura de asearse. Esto se debe a que el agua de la ducha se calienta a una temperatura más alta que el agua de un baño, lo que significa que se pueden eliminar más bacterias y gérmenes.

En conclusión, ducharse en lugar de bañarse es una forma sencilla de contribuir a la conservación de los recursos naturales y ayudar a reducir el cambio climático.

La necesidad del cambio de bañera por ducha y la seguridad que ofrece un plato de ducha, se hace necesaria para que las personas de más edad o de movilidad reducida, puedan asearse con tranquilidad y evitar riesgos indeseados de caídas en la bañera.

A partir de cierta edad, o ante ciertas dificultades de movilidad, cambiar la bañera es importante para evitar el peligro y el obstáculo que supone una bañera en el baño, evitando golpes, caídas y resbalones.

La solución: sustituir la bañera por un plato de ducha antideslizante.
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