Hace más de un mes que están en marcha las campañas de salud para prevenir los golpes de calor, especialmente en niños y personas mayores. Sin embargo, cualquiera puede estar expuesto a los desagradables síntomas de un golpe de calor, debido a las -cada vez más- altas temperaturas.
Hidratarse lo suficiente es fundamental, bebiendo tanta agua como podamos. Normalmente se recomiendan unos dos litros diarios, y en temporada estival aún más. Y también es muy importante mantener una temperatura corporal fresca. El golpe de calor sucede cuando nuestro cuerpo no puede bajar su temperatura rompiendo a sudar, y se calienta en exceso. La solución pasa por ayudar al cuerpo a bajar la temperatura de inmediato. Para ello, nada mejor que una buena ducha fría rápida.
Cambiar la bañera por un plato de ducha es una excelente idea en verano, y nos permitirá aliviar el sofoco de vez en cuando y resistir hasta que llegue el momento de irnos de vacaciones a la playa o la piscina. Cuando sientas demasiado calor, no lo dudes: ¡métete bajo la ducha fría y disfruta!