Por La Señora Prudencia
Muchas veces pienso que de verdad, ya no saben lo que inventar. Manolito, que como ya les he contado es muy listo y trabajador (además heredó los ojos azules de la abuela Herminia) dice que soy una pesada, entre eso y el “mamá no te enteras de nada”, me tiene frita. Así que ya me he acostumbrado a murmurarlo en bajo, a veces me da la risilla, sobre todo con los anuncios esos de la tele, que venden unas cosas…Me dirán a mi que ese cascajo de plástico corta las cebollas en cuadraditos, así tal-cual, ¡venga ya hombre!…Donde esté un buen cuchillo, que se quiten esos aparatejos, que lo único que hacen es ocupar espacio. No me extraña que las casas necesiten todos esos armarios hoy en día.
Bien, el otro día Manolito, me dijo que se quería comprar una pecera.“Más trastos” pensé yo, pero de nuevo lo dije en susurro, que ya me veía venir la coletilla de siempre. Yo opino que los animales, pal pueblo, que corran por el campo a gusto. Los peces, al río, claro. Pero claro, ¡es que una ya no puede decir ni mu!
Se puso a buscar en Internet y me dice que ha encontrado la idea perfecta, que combina ducha y pecera. Y ya por ahí no paso. Malo es que estos señores no sepan qué inventar, otra es que mi Manolito me diga que se va a gastar un dineral en esa chorrada.
Eso si que no, que él diseña robots de esos inteligentes (o lo que diantres haga con los alemanes) pero yo de duchas sé un rato, para eso trabajo en Securibath. Así que con tono pausado le comenté las ventajas de hacer una pequeña obra, yo le recomendaba un plato de ducha de madera y quizás por el tema de espacio, una mampara angular personalizada, y que ahí si quería dibujase pececitos, que eran igual de decorativos.
Me miraba con los ojos como platos y la boca semi abierta. Me giré muy digna y salí del cuarto. A ver quien es la que “no se entera de nada» ahora. JA. Lo que digo yo, no saben que inventar, una ducha con pecera…lo que tiene una que oír.