Acostumbramos a hacer las cosas sin tener apenas conciencia social y sin pensar en el efecto que podrán tener nuestros hábitos, en un futuro no muy lejano. ¿Nos hemos parado a pensar cuál es el ciclo de vida de algunas de las cosas que nos acompañan a diario? Un hecho conocido por algunos es cuál es el coste real de un bistec, por ejemplo. Para que este llegue a estar en nuestro plato (que es el fin último) nace la vaca, se alimenta con forraje, pienso y pasto – lo que se traduce en unos cuantos miles de litros de agua– así como indirectamente estos litros se ven incrementados en otros tantos miles en algunos hechos que no alcanzan nuestra imaginación.
La noticia que nos llama la atención hoy, es cuál es el impacto real que tienen unos pantalones vaqueros, de cualquier marca. Si únicamente en su proceso de fabricación, toda la cantidad de algodón que se necesita para fabricar un simple par de pantalones; teniendo en cuenta un modelo de pantalón estándar: 600 gr, 4 botones, remaches metálicos y con un uso de 4 años a 1 vez por semana.
El trabajo, realizado por Bio Intelligence Service, sitúa el origen del algodón en plantaciones intensivas en India y Egipto.
El estudio llama la atención sobre las grandes necesidades de agua de los cultivos para producir el algodón, unos 7.000 litros por kilo de fibra. Luego hay que transformar este material en hilo y elaborar el tejido vaquero. Paradójicamente, El impacto más importante es el programa que se utiliza en la lavadora de casa, de la frecuencia y de la secadora. Se calcula que el 70% del gasto de energía asociado a los pantalones se produce por su lavado y planchado. Según los cálculos finales, el gasto de agua sería nada menos que 3.480 litros por pantalón.