Hay una serie de hábitos que repetimos sistemáticamente en la ducha, son gestos casi automáticos que resulta son malos para nuestra piel, según los prestigiosos dermatólogos norteamericanos Heather Woolery -Lloyd y Heidi Waldorf.
El primero y más común es darse una prolongada ducha caliente antes de dormir, según parece esto es malísimo para la piel ya que quita a la piel sus aceites naturales lo que puede provocar dermatitis, la ducha debe ser con agua templada y corta. Estos aceites también los perdemos usando los clásicos geles de ducha que desprenden mucha espuma, ya que para conseguir ese efecto los jabones llevan un producto tensoactivos, dañinos para la piel.
A la hora de secarse es importante tener en cuenta dos aspectos, uno aclararse bien el jabón de todas las partes del cuerpo, incluidas orejas, cuello, donde se suelen quedar restos de jabón que provocan irritación en la piel, asimismo, es muy importante hidratar la piel después de la ducha, para evitar sequedades. Los dermatólogos son insistentes en este tema, solo debe aplicarse hidratación a la piel después de la ducha, nada de máscaras u otros productos, ya que provocan sequedad.
Fáciles consejos para tener una mejor piel después de la ducha.