Mantener limpio nuestro cuarto de baño es fundamental para disfrutar de una experiencia relajante, confortable, segura e higiénica, y por ello es importante limpiar nuestro plato de ducha.
Como usamos nuestro plato de ducha cada día es común que tendamos a descuidar su mantenimiento y limpieza, porque al fin y al cabo, si con el jabón o gel de ducha que utilizamos eliminamos la suciedad de nuestro cuerpo, ¿por qué no iba también a limpiar nuestro plato de ducha? Es un pensamiento que todos hemos tenido en algún momento, pero no podíamos estar más equivocados. Aunque nuestro plato de ducha sea resistente y esté fabricado con materiales de la máxima calidad, no es inmune al desgaste. Si no lo cuidamos acabarán apareciendo manchas antihigiénicas y muy poco estéticas en su superficie.
Mantener limpio nuestro plato de ducha es bastante sencillo. La mayoría de ellos los podemos limpiar simplemente con una esponja y jabón. Los platos de ducha acrílicos, de resina y de carga mineral son muy resistentes a los productos químicos, por lo que podemos emplear productos de limpieza tradicionales. Eso sí, es recomendable evitar los productos especialmente agresivos y los productos ‘quita-grasas’, pues son muy ácidos y pueden dejar marcas en nuestro plato de ducha. También podemos utilizar una solución limpiadora casera a base de agua, vinagre y algún tipo de jabón, muy sencilla de preparar y altamente efectiva.
Para aplicar la solución limpiadora podemos utilizar una fregona de nylon o un trapo, con el que retiraremos los restos de jabón y otros residuos existentes en nuestro plato de ducha. Después simplemente hay que enjuagar bien la superficie con agua caliente.