En SecuriBath somos muy conscientes de que la seguridad en el baño no es algo exclusivo de los mayores. Cualquier impedimento definitivo o temporal que nos haga estar menos ágiles nos hace vulnerables y hace que necesitemos un extra de protección.

Ejemplo de ello es la etapa del embarazo, un período donde se extreman las precauciones a la hora de realizar cualquier actividad cotidiana, sobretodo en aquellas que pueden suponer un riesgo como resbalones o caídas, como el momento del baño, una actividad diaria. Por eso es tan importante prestar atención a los riesgos, y saber cómo darse un baño o ducha en el embarazo.

La ducha en el embarazo – SecuriBath Solutions

Entonces, ¿BAÑO O DUCHA EN EL EMBARAZO?

Los ginecólogos permiten cualquiera de las dos opciones, sin embargo, podemos decir que la ducha en el embarazo es mucho más segura por las razones que os detallamos a continuación:

-Según afirman los dermatólogos, con una ducha diaria “arrastramos” los gérmenes, en lugar de estar bañándonos en ellos como pasaría durante un baño. Además, después del baño se produce un exceso de deshidratación cutánea, y esto favorece la aparición de las temidas estrías.

-La ducha es válida en cualquier momento del embarazo, sin embargo el baño ha de evitarse al final del embarazo. Esto es porque si ya se ha expulsado el tapón mucoso corres el riesgo de infección al sumergirte en el agua. Y durante la cuarenta se prohíbe el baño sumergido también por el riesgo de infecciones.

-La ducha en el embarazo es más segura que el baño, pues es más difícil que con la ducha suba la temperatura corporal. Durante el embarazo la temperatura del agua debe ser la temperatura del cuerpo. Un aumento de la temperatura podría afectar directamente el desarrollo del bebé, recalentando el líquido amniótico y provocando que le llegue menos oxígeno. El aumento de temperatura también puede provocar mareos y las bajadas de tensión en la embarazada, además de agudizar los problemas circulatorios y favorecer la aparición de varices. Además, si sube la temperatura corporal provocará una sudoración que no se apreciaremos por estar en remojo, y con la sudoración se pierden muchos electrolitos que son imprescindibles para el buen desarrollo del bebé. Por este mismo motivo los jacuzzis, las aguas termales y saunas están prohibidos durante el embarazo.

Si se tiene una bañera, el gesto de entrar y salir de ella en los momentos más avanzados de la gestación puede resultar una tarea complicada. La falta de agilidad y el aumento de peso pueden hacer perder el equilibrio y consecuentemente resbalarse o caer.

En caso que tener que hacer uso de la bañera, ya sea para darse un baño o una ducha en el embarazo, te damos unos consejos para aumentar la seguridad:

– Ten a alguien que esté disponible para ayudarte a entrar y salir de la bañera.

– Asegúrate con un termómetro de que el agua no esté a más de 36 °C

– Usa una alfombrilla de bañera, y una alfombra en la salida para evitar el riesgo de resbalones. Éstas deben tener agarres que se peguen a la bañera y al suelo del baño.

– Limita los baños de burbujas, ya que éstos pueden ocasionar irritación e infecciones vaginales.

– No estés sumergida durante más de una hora, así evitarás infecciones y que la piel se deshidrate.

Sin duda el embarazo es un buen momento para plantearse tener una ducha en vez de bañera, así se evitarán escalones peligrosos. Incluso, aún teniendo una ducha cómoda, son de gran ayuda los asideros para apoyarse, o incluso taburetes que puedan introducirse en la ducha.

Asideros y taburete de ayuda para la ducha en el embarazo – SecuriBath Solutions

 

Además de la seguridad de la ducha frente a la bañera, te contamos más beneficios de la ducha en el embarazo:

– La ducha activa tu cuerpo, y te ayuda a combatir el cansancio.

– La ducha en el embarazo tiene un efecto anti-estrés y relaja para ayuda a dormir en el embarazo.

– La ducha favorece que los músculos estén menos tensionados, reduciendo dolores.

– La ducha en el embarazo mejora la circulación de la sangre y esto reduce la retención de líquidos.

– La ducha en el embarazo puede tener un efecto masaje, combinando el agua caliente y fría, por ejemplo: Aplicar un chorro fuerte de agua caliente sobre una zona que se tenga dolorida (el cuello, los riñones…) produce el mismo efecto calmante que una manta eléctrica. Alternar chorros de agua tibia y fría en el pecho, y de los pies hasta la ingle, evitando la zona del abdomen, con movimientos circulares evitará o calmará la sensación de hinchazón y pesadez, acusada a partir del segundo trimestre del embarazo.

 

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