El mito del catalán ahorrador se convierte en realidad en lo que concierne al gasto de agua. El barcelonés medio usa 110 litros de agua al día, una cifra muy por debajo de la de otros europeos: un ciudadano de Madrid gasta 140 litros de agua, uno de Milán 200 y uno de París, de las ciudades que más agua derrocha, 290 litros por persona y día. «Es sorprendente la capacidad de los catalanes para ahorrar agua. Se ha reducido unos 20 litros por persona y día el gasto en dos años, un dato muy importante teniendo en cuenta que aún no ha habido restricciones para el consumo humano», opina Ramón Folch, biólogo y director de la consultora ambiental ERF.Pese a que el gasto es mínimo, la situación actual de sequía hace que el ingenio se agudice y se usen diferentes mecanismos para ahorrar el máximo de agua posible. Uno de ellos consiste en aprovechar el agua sobrante del baño y el lavabo: por ejemplo, colocando un cubo bajo la ducha cuando el agua sale fría. Éste es el sistema casero, aunque existe un mecanismo que permite realizar el ahorro de forma automática.