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Sin agua… sin nada.

Imagínese que un buen día se despierta y cuando va a abrir el grifo del baño para lavarse la cara… nada, no sale ni una gota. Luego se dirige a la cocina para probar allí su suerte y prepararse un buen café y… obtiene el mismo resultado.
Si bien esta situación es imaginaria (o coyuntural a veces), para muchos, sobre todo para aquellos que viven en poblaciones rurales, la falta de agua potable es una realidad de todos los días.

Lo invitamos a imaginarse un mundo en el que ya no queda una gota de agua potable disponible, un mundo donde el jabón, por ejemplo, es un objeto obsoleto y el té una bebida del pasado.

¿Cómo sería? ¿Cómo cambiarían nuestras vidas? ¿Y nuestras costumbres o el paisaje a nuestro alrededor?