Por mucho que intenten ocultar los ambientadores y hacer que parezcan objetos de decoración, no dejan de ser ambientadores, para muchos, un trasto más en el baño.
Hay cosas que piensa que jamás llegarán a tu país, que miras con asombro y cierta ironía, y luego te encuentras llevando calcetines con dedos, comiendo saltamontes fritos y yendo en bicicleta eléctrica por la ciudad