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En el cuarto de baño de hoy en día, el agua es la protagonista. La higiene diaria ya no se limita a una simple ducha por la mañana, sino que intenta aprovechar los beneficios de este elemento de la naturaleza para que hacer de este momento algo plenamente satisfactorio. Por eso, las duchas actuales intentan equiparse con todo lujo de detalles en busca de las ansiadas sensaciones de la hidroterapia.

Los mangos de ducha son herramientas esenciales que el agua utiliza para mejorar nuestra salud. Tanto nuestra piel como ciertos dolores musculares pueden curarse gracias a los efectos regeneradores del agua. Además, las intensas obligaciones laborales o escolares nos someten a tensiones que el poder tonificante del agua puede aliviar de forma placentera.

Posibilidades de los chorros
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El bienestar que nos infunde el agua se lo debemos a los sistemas de chorros que incorporan los rociadores de las duchas. Desde la lluvia fina que cae con suavidad hasta el chorro ‘turbo’ que distribuye un fuerte torrente, las posibilidades de los chorros son amplias, pero todas convierten nuestro aseo corporal en una experiencia mucho más agradable.

Los eyectores de los rociadores se disponen en diferentes ángulos pero existen sistemas provistos que permiten la mezcla del agua con el aire, consiguiendo efectos más relajantes. Por otro lado, el agua puede salir a intervalos continuos para mover el agua, ejerciéndose ésta en nuestro cuerpo diferentes tipos de presión. En función de la sensación que queramos conseguir, elegiremos una posición u otra.

Colores variados

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En el mercado existen mangos en un cuantioso número de colores con el fin de adaptarse al resto de la grifería. El rey de los colores dentro de este sector es el cromado. Esta tonalidad plateada es la que suelen tener la mayoría de los grifos de lavabo, por eso es la más solicitada. Además, el cromado suele presentarse en dos versiones para adecuarse a nuestros gustos: satinado o brillante.

Después del conservador cromado, el tono más famoso es el blanco. Pero las tendencias siguen evolucionando y son muchas las duchas modernas que han optado por coronarse con un mango de ducha de algún color poco convencional: desde el negro hasta el rojo, pasando por acabados de madera o cerámica, cuerpos de latón o de bronce, etc.