Se acabó, hasta aquí hemos llegado. Llevo dos meses convenciendo a mi mujer para que cambiemos la bañera por un plato de ducha:
-Pero es que se arma una de polvo con la obra…
– Que nooo, que ahora te lo hacen en el mismo día y sin obras.
– ¿Qué más te da? La bañera es bonita.
– ¡Pero si no nos bañamos! Es anti-ecológico. Y además ocupa muchísimo espacio.
– Cuando seamos mayores.
Y hoy voy y me caigo. No soy mayor, ni soy torpe. ¡Pero es que cualquiera podría resbalarse y caerse, no sé cómo no me he partido la crisma! Ya he llamado y la semana que viene tendré una ducha nueva en el baño, con plato antideslizante y a ras del suelo. ¡A ver qué dice mi mujer cuando la vea!