A estas alturas, todo el mundo sabe que algo está pasando con nuestro planeta, nuestro clima, nuestra agua…..
Nadie que sea digno de autoproclamarse heredero del «homo sapiens» negará que nosotros mismos (con ayuda de nuestros más próximos ancestros) somos los culpables de la situación actual.
Muy pocos son los que niegan que hemos tenido una influencia directa en el cambio climático (a excepción de unos pocos, por desgracia).
Hemos heredado un problema, que si no ponemos remedio lo dejaremos en fatal herencia a las próximas generaciones, con cada vez mayor probabilidad de «no retorno».
El agua se está convirtiendo en un bien muy preciado. En muchos países vale más 1 litro de agua envasada que 1 litro de gasolina. Las empresas de envasado y suministro de agua mineral han crecido espectacularmente en todos los paises y eso es muy mala señal.(la necesidad de potabilizar el agua es señal de debilidad social y tecnológica: indica que el agua está en MAL ESTADO en su medio natural, o ESCASEA o AMBOS)
El agua, un preciado bien común se está convirtiendo en un bien de lujo al alcance de cada vez menos gente. En muchos países el agua potable pública no existe o está en tan mal estado que es peligroso emplearla para beber o simplemente asearse.
Las áreas de DESERTIZACION se están desplazando paralelamente desde ambos lados del ecuador (hacia el norte y hacia el sur). En nuestro país ya existe una sequía generalizada en la mayor parte de nuestra superfície, y se estima que continuará avanzando más hacia el norte de manera irreversible (al menos inmediata).
Las tecnologías actuales se emplean pobremente o mal. Las plantas desalinizadoras -por ejemplo- son una realidad necesaria en muchas áreas urbanas. Pero por desgracia, lejos de ser una solución real del problema, se convierte en otro pan para hoy, hambre para mañana: las desalinizadoras consumen ingentes cantidades de energía electrica, energía que va ligada a la producción de CO2 (sea local o transportada desde la distancia). A ello sumemos que el agua de rechazo de las plantas desalinizadoras contienen un peligroso y elevado contenido de sales que suele dañar la ecología local (fauna marina en especial), afectando a especies marinas que son capaces de absorver CO2. Como siempre corremos con prisas a solucionar problemas, que nos generan otros problemas y así sucesivamente…