Todos tenemos la obligación de ahorrar agua, sabemos que es un bien muy escaso, sólo un 1% del agua de nuestro planeta es potable y desperdiciamos mucha. Ahorrar agua no debe suponer un esfuerzo, pensemos que muchas personas no tienen ni para beber.
Los océanos contienen el 97% del volumen total de agua, otro 2% es agua helada y sólo un 1% es agua potable. Esta proviene de la superficie de la tierra (ríos, lagos…) o del agua subterránea.
El agua subterránea es el agua que llena las grietas y los espacios entre las rocas y los sedimentos bajo la superficie de la tierra.
Más del 90% del suministro de agua potable del mundo proviene del agua subterránea.
Los vertidos incontrolados de aceites, productos químicos, etc., contribuyen a la contaminación de esta agua subterránea.
El agua potable está desigualmente repartida y la mitad de la población mundial no tiene acceso a un sistema de suministro de agua potable. En los núcleos de población donde el agua llega con facilidad, muchas veces, se malgasta.
¿Sólo debemos ahorrar agua cuando hay sequía? NO
Cada gota de agua que malgastamos supone un gota menos en un río, un lago, un canal o un embalse.
El ahorrar agua contribuye a la reducción del tratamiento de las aguas residuales.
Los ahorros modestos son muy valiosos.