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La evacuación de la orina humana se lleva a cabo con el inodoro, el receptáculo que diluye la orina en agua y la envía a la red de cloacas. El agua que usamos es potable, la que suministra la red. El problema es el número de litros que necesitamos para ese proceso higiénico.

En las viviendas, la descarga de la cisterna representa el 30% del consumo doméstico de agua. Cada vez que tiramos de la cadena caen ocho litros de la cisterna, la misma cantidad de agua potable disponible durante un día para todos los usos de una persona en África, por ejemplo. Con esos ocho litros podrían diluirse otras tantas micciones.

De hecho, los inodoros modernos tienen un pulsador de doble opción que reducen el consumo de agua. También existen otros sistemas para reducir la capacidad de la cisterna, conteniendo menos agua. Se puede usar un ladrillo o incluso una bolsa específica que, llena de agua, cumple la misma función por mucho tiempo.

Como nadie hace los cálculos previos de consumo, no se consiguen ahorros sustanciales de agua en los hogares, y menos en el trabajo y los urinarios públicos. Una estación de servicio abierta todo el año, con 12 urinarios para hombres, con 80 usos diarios por urinario y 4 litros por descarga, comporta un consumo de agua de 14 millones de litros anuales. A un euro el metro cúbico (media española), cuestan 13.500 euros al año.

Urimat, un urinario sin consumo de agua ni productos químicos, es una magnífica alternativa para las nuevas instalaciones o para sustituir los urinarios actuales.

La Fundación Terra regala un par de sencillas gomas acompañadas de una hoja de instrucciones. Con unas gomas elásticas -de menos de un céntimo de euro- y una operación de cinco minutos se pueden ahorrar miles de litros agua potable. Se trata de unir, con las dos gomas, la parte móvil o émbolo con la parte fija del descargador de la cisterna, consiguiendo que la descarga se interrumpa al soltar el tirador.

Hay soluciones factibles, incluso gratuitas, que tan solo pretenden acabar con el derroche. Lo que hacemos no es propio de ricos, es propio de imbéciles.

Calcula

Anota las veces que descargas la cisterna. Los modelos de inodoro más innovadores consumen menos de cuatro litros. Si supiéramos lo que derrochamos, seguramente seríamos más conscientes de lo sencillo que es evitarlo.

Los riñones filtran cada día unos 180 litros de sangre y producen una media de un litro y medio de orina. La orina contiene urea, sustancia con mucho nitrógeno que se usa como fertilizante cuando procede de animales de granja.

Reduce

El inodoro no es un cubo de basura donde arrojar pelo, compresas, pañuelos, preservativos, medicamentos, aceites… Aunque todo desaparezca al tirar de la cadena, no se elimina, sobrecarga las cañerías, los filtros y las depuradoras.

Compensa

El agua que tiramos innecesariamente podría regar todas las plantas del balcón, e incluso una huerta de terraza. Cada descarga innecesaria equivale al riego por goteo de un árbol durante una semana de sequía estival.