Es una de las reformas más comunes y prácticas que podemos hacer en nuestro baño. Además de ahorrar espacio, respetamos y cuidamos el medioambiente gastando menos agua y energía.

Ventajas de tener una ducha:

• Comodidad, mayor accesibilidad y seguridad
• Ahorro de agua y energía
• Ganamos espacio

Lo importante es plantear bien la obra porque, aunque sencilla a priori, puede complicarse demasiado por tener que contar con  varios actores: fontaneros, albañiles e interiositas.

• Los trabajos de albañilería se limitan a retirar la vieja bañera, picar azulejos y desescombrar. Además, tendrán que levantar un muro o un tabique de pavés, aconsejable, que además de no restar luminosidad, aportará elegancia a tu baño.
• El fontanero tiene que adaptar el desagüe que tenía la bañera y las tomas de agua a la nueva ducha. Si tu casa es muy antigua, aprovecha para cambiar las tuberías, de plomo seguramente, por otro material más resistente como el cobre o, si cuentas con presupuesto el polipropileno es mejor calidad y más cuidadoso con el medio ambiente. Es importante aislar bien para que no aparezcan humedades ya que una vez terminada la obra si aparecieran, tendríamos un grave y serio problema ya que habría que levantar de nuevo azulejos, plato de ducha…
• En cuanto a la decoración e interiorismo tienes infinidad de opciones que se adaptarán tanto a tus necesidades como a tu bolsillo. Asegúrate de conseguir un equilibrio estético y funcional para que tu baño luzca como más te guste.

Tienes que elegir revestimientos para el espacio que antes ocupaba la bañera. Si tienes azulejos antiguos aprovecha para reducir costes. También puedes hacer un zócalo o combinar los viejos azulejos de las paredes con los nuevos, manteniendo siempre la tonalidad del baño.

Piensa en la parte práctica y funcional de tu baño.  Elige materiales resistentes y de fácil limpieza. Los revestimientos delicados provocan deterioro general en el aspecto de nuestro baño y en poco tiempo se verá viejo y usado.